EL CUERPO LIBERADO

Algunas personas, cuando comienzan un Trabajo Corporal Consciente, también comienzan a sentir dolor o “agujetas”, inflamaciones, y demás molestias.
El cuerpo se resiste (y la mente también). 
Y tiene sus razones, está cómodo en su coraza. Teme desarmarla.
Al trabajar la consciencia corporal y al visualizar otra manera de "estar" en el cuerpo, aparece una especie de urgencia por el cambio. Aparece la necesidad de modificar radicalmente lo que nos tenía entrampados... Pero esa urgencia por el cambio, nos hace apurar, saltar etapas y no permitir que las cosas sucedan naturalmente...
Entonces el cambio no se produce y vuelve a surgir la resistencia...El cuerpo se resiste (y la mente también).
Pero cuando uno se entrega a la situación presente y simplemente se aceptan las propias limitaciones, se trabaja con "lo que es". Sin juzgar, sin censurar, sin pretender. 
Entonces, al dejarse fluir, ocurre algo maravilloso:
Se comienza a disfrutar
el dolor va menguando
la postura se acomoda
el rostro se suaviza
la sonrisa se impone
Caen las corazas (ya no resultan útiles)
y así, el cuerpo liberado - por fin - nos libera.

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