Foto: Grupo Docakene
En cualquier actividad que realicemos existe ritmo y se relaciona con los fenómenos de la naturaleza como el crecimiento de las plantas, las mareas, el día y la noche, el mes lunar y los cambios de las estaciones. También cuando el viento mueve los árboles y los pájaros se comunican.
Existe ritmo en la música, la poesía, la danza y la pintura.
En los procesos corporales hay ritmo.
El acto de respirar implica alternancia y ritmo: inhalación y exhalación conforman un ritmo respiratorio. Un polo depende del otro y juntos forman un todo.
En el continente africano y sus manifestaciones artísticas, podemos sentir la presencia rítmica de una manera muy poderosa. Nos transporta a nuestra raiz ancestral. Nos conecta con la Tierra y con su energía y provoca una suerte de contagio colectivo en donde es difícil mantenerse quieto. El ritmo nos traslada a la tribu y nos re-conecta con los demás... Si lo permitimos, nos hace vibrar y podemos encontrar una correlación entre el propio ritmo y el ritmo de todo lo que nos rodea...
En los procesos corporales hay ritmo.
El acto de respirar implica alternancia y ritmo: inhalación y exhalación conforman un ritmo respiratorio. Un polo depende del otro y juntos forman un todo.
En el continente africano y sus manifestaciones artísticas, podemos sentir la presencia rítmica de una manera muy poderosa. Nos transporta a nuestra raiz ancestral. Nos conecta con la Tierra y con su energía y provoca una suerte de contagio colectivo en donde es difícil mantenerse quieto. El ritmo nos traslada a la tribu y nos re-conecta con los demás... Si lo permitimos, nos hace vibrar y podemos encontrar una correlación entre el propio ritmo y el ritmo de todo lo que nos rodea...
Grupo Docakene de Costa de Marfil (se ve un poco lejos, pero se oye muy bien!)
El ritmo además se asocia a nuestros estados anímicos y muchas veces, a través de la música y el baile, podemos liberar estados de tensión, angustia o tristeza para luego poder acercarnos a esas emociones con una actitud más abierta y reflexiva.
En mis sesiones grupales de trabajo corporal consciente, a veces, me gusta incluir momentos de expresión corporal utilizando el ritmo como un elemento liberador.
Algo de catártico se produce y un alivio aparece. Conectamos con la alegría de estar vivos y entramos en un "contacto rítmico" con los demás.
Aprendemos a respetar el ritmo propio y el de todos.
Logramos un ritmo armónico en común.
La sensación general que se relata luego de estos momentos de comunicación rítmica es un estado de bienestar con uno mismo y con los demás.
El famoso "momento presente" -que está muy de moda en estas épocas-, se vive con total naturalidad ya que vibramos de adentro hacia afuera y esa energía vuelve renovada desde el exterior.
El ritmo es la base de la vida y muchas dificultades en las relaciones personales podrían ser gestionadas de otra manera si tomamos en cuenta los ritmos de cada uno...
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