CAMINAR

Muchas veces mis alumnos/as y pacientes, me comentan que sus médicos les "mandan" caminar, como una prescripción. Y aunque sepan que "deben" hacerlo todos los días, en general les cuesta organizarse y cumplir con ese "mandato".
Ante esta realidad, mi propuesta es que todos los días, en cualquier momento que estemos caminando, y aunque sea sólo por un rato, tomemos consciencia de:
1- Nuestros pies. El apoyo del triángulo. Sentir el talón, los metatarsos y los dedos que se abren en abanico. El cambio de peso. El arraigo.
2- Nuestro Tan-Tien centro de energía (tres dedos por debajo del ombligo), tratando de llevar el aire que inhalamos hacia esa zona y también hacia las costillas, expandiendo la caja torácica.
3- Nuestros hombros y cuello, que no estén tensos ni crispados.
4- Nuestra mirada atenta a lo que nos rodea y el entrecejo sin fruncir.
5- El Centro coronario proyectado hacia el cielo.
6- Percibir los sonidos y perfumes que van apareciendo.
7- Visualizar el contorno de nuestro cuerpo a medida que avanzamos y las sensaciones de la piel.
8- Atender a los latidos de nuestro corazón y a cómo se acomoda la respiración.
 
Si caminamos o paseamos, con una atención plena al momento presente, tomando consciencia de nuestro cuerpo y percibiendo nuestras sensaciones (aunque sea un momento de cada día) ya estamos avanzando muchísimo en ese trabajo de recuperación que el médico nos manda realizar.
Por supuesto mi recomendación vale para todos, con o sin "prescripción médica"... Y si además lo hacemos rodeados de naturaleza, mejor aún.


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