ARRAIGO

Me gusta observar los pies descalzos (los propios y los ajenos) y reafirmar que gran parte de las dificultades posturales se deben a un mal apoyo de nuestros pies en el suelo. 
En una entrada anterior escribo acerca del "Trípode de pie"  (para seguir leyendo recomiendo pinchar el enlace porque aqui no me referiré nuevamente a éste concepto).
Mi reflexión ahora tiene que ver con el "arraigo" o "enraizamiento"
A veces nos sentimos sin raíces y toda nuestra estructura se tambalea..., a veces nos damos cuenta de que nuestra existencia "está en el aire" y eso nos produce una sensación de vértigo. Nos sentimos "descentrados" y no encontramos un punto de apoyo para reencontrar el equilibrio y nuestro propio centro.
Estuve releyendo a Alexander Lowen (Terapia Bioenergética) y su concepto de toma de tierra también utilizado por Térése Bertherat (Antigimnasia), Patricia Stokoe (Sensopercepción) y otras técnicas corporales que lo incorporan como parte fundamental del trabajo. Antes de cada ejercicio se propone un momento de contacto con el suelo, con la tierra. Se pide observar sin intervenir, sin juzgar ni modificar nada.  
En las posturas de pie, percibir las plantas, los apoyos, la distribución del peso, la posición de los dedos... En posturas de espalda al suelo, darse cuenta de los apoyos, el peso, la temperatura, la alineación de la columna, la ubicación de la cabeza, la respiración...En posturas sentados, percibir los isquiones y su correcto apoyo.

¿Qué beneficios puede traernos el trabajo sobre nuestro arraigo? Más allá de prepararnos para el trabajo posterior que se realizará en la sesión y el ubicarnos en el aquí y el ahora, la toma de tierra es fundamental para volver a nuestro centro cuando nos sentimos sin raíces. Es un camino posible para modificar esa sensación de no tener el suelo debajo de nuestros pies, de estar en el aire, de no "ser cuerpo" y a ese vértigo, contraponer la sensación de sostén, conexión y pertenencia, de "echar raíces".
En palabras de A. Lowen: "...uno se contacta más con la madre tierra, la cual le da al sujeto la sensación de estar más vinculado con el mundo, más arraigado en el suelo y por lo tanto más seguro en sí mismo..."

Dos elementos que se pueden utilizar para trabajar el arraigo (ya los he mencionado en otras entradas) son: la pelotita de tenis para auto-masajes y las castañas para percibir el trípode del pie, Además como complemento fundamental de este trabajo, en las sesiones de Trabajo Corporal Consciente, trabajamos la proyección
 
Recuerdo relatos de alumnos y pacientes cuando sienten ese alivio de "volver al cuerpo". Cuando perciben el arraigo, esa alegría de encontrar un lugar propio y -desde allí- abrirse al mundo y a los demás...


















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