PROYECTAR-SE


Cuando trabajamos el arraigo, es fundamental percibir la "proyección". El límite de nuestro cuerpo, la piel, no es una coraza que fija y aísla nuestra existencia. 
Tenemos la capacidad de proyectarnos más allá de nuestro límite corporal y podemos percibir cómo conectamos con todo lo que nos rodea.
Nuestro centro coronario se proyecta cuando estamos erguidos y, así como nuestros pies se enraizan al suelo y obtenemos una buena base de sustentación conectando con la energía de la tierra, la columna vertebral se proyecta hacia arriba y "quedamos sostenidos" también desde el cielo. 
Entre esas dos fuerzas -la tierra y el universo- estamos nosotros...

Pero además de esa proyección hacia abajo y hacia arriba tenemos la capacidad de proyectarnos hacia todas las direcciones del espacio que nos rodea y de esta manera conectar con los demás de una forma armónica.
Recuerdo cuando tomaba clases de danza que me decían la mano no termina en la mano y yo imaginaba tentáculos... Ahora siento fuerza, energía y conexión...

Cada uno puede ponerle el nombre que quiera...












Comentarios