Instrucciones previas:
Túmbate de espaldas con las rodillas flexionadas y los pies paralelos a la anchura de la cadera.
Registra tu columna vertebral, el apoyo del sacro, cómo sientes las lumbares, los omóplatos y los hombros.
Coloca tu cabeza justo en el centro, sobre el occipital.
Respira naturalmente sin forzar la entrada ni la salida de aire.

Puente levadizo:
Comienza elevando sólo el hueso sacro. y vuelve a colocarlo en el suelo.
Continua elevando sacro y lumbares y vuelve nuevamente a colocar vértebra a vértebra en el suelo.
Sige progresivamente elevando tu columna parte a parte.

Cuando llegas arriba los hombros te reciben y el cuello se alarga.
Para bajar, vértebra a vértebra, acompaña con una respiración natural sosteniendo los gluteos contraídos hasta que el sacro llegue al suelo.
Luego vuelves a realizar el puente en una elevación continua, desde el Sacro hasta el máximo que llegues de tu columna vertebral.
Ayudas:
Puedes ayudarte con la planta de tus pies ejerciendo un pequeño empuje con ellas hacia el suelo.
La contracción de los glúteos y abdominales también ayuda, tanto al subir como al bajar.
Finalmente registra tus sensaciones, presta atención en tus apoyos y a la respiración.
Variante:
Una vez que estás arriba lleva los brazos extendidos hacia atrás de la cabeza y sostén un momento la postura.
Para bajar puedes probar dejar los brazos detrás mientras se acomoda la columna en el suelo, vertebra a vértebra.
(no te olvides de contraer progresivamente tus glúteos y al bajar los sueltas recién cuando toda tu espalda está apoyada). Una vez que llega el hueso sacro al suelo, vuelven los brazos muy lentamente.

Finaliza con movimientos libres (lo que te pida el cuerpo)
y, por último,
vuelve a registrar las sensaciones producidas y percibe cómo te encuentras luego del trabajo realizado
Túmbate de espaldas con las rodillas flexionadas y los pies paralelos a la anchura de la cadera.
Registra tu columna vertebral, el apoyo del sacro, cómo sientes las lumbares, los omóplatos y los hombros.
Coloca tu cabeza justo en el centro, sobre el occipital.
Respira naturalmente sin forzar la entrada ni la salida de aire.

Puente levadizo:
Comienza elevando sólo el hueso sacro. y vuelve a colocarlo en el suelo.
Continua elevando sacro y lumbares y vuelve nuevamente a colocar vértebra a vértebra en el suelo.
Sige progresivamente elevando tu columna parte a parte.


Para bajar, vértebra a vértebra, acompaña con una respiración natural sosteniendo los gluteos contraídos hasta que el sacro llegue al suelo.
Registra las sensaciones, los apoyos, tu respiración.
Luego vuelves a realizar el puente en una elevación continua, desde el Sacro hasta el máximo que llegues de tu columna vertebral.
Ayudas:
Puedes ayudarte con la planta de tus pies ejerciendo un pequeño empuje con ellas hacia el suelo.
La contracción de los glúteos y abdominales también ayuda, tanto al subir como al bajar.
Finalmente registra tus sensaciones, presta atención en tus apoyos y a la respiración.
Variante:

Para bajar puedes probar dejar los brazos detrás mientras se acomoda la columna en el suelo, vertebra a vértebra.
(no te olvides de contraer progresivamente tus glúteos y al bajar los sueltas recién cuando toda tu espalda está apoyada). Una vez que llega el hueso sacro al suelo, vuelven los brazos muy lentamente.
FINAL:


y, por último,
vuelve a registrar las sensaciones producidas y percibe cómo te encuentras luego del trabajo realizado
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