¿CONDUCTAS MECÁNICAS VS CONSCIENCIA CORPORAL?

Esta entrada se relaciona con la anterior en donde reflexiono acerca del wu wei (aquí)

Ahora mismo mientras lees estas líneas, imagino que estás sentado o sentada..., ¿eres consciente de la postura de tu cuerpo? ¿sientes tus isquiones? ¿percibes tu columna y el apoyo de tus pies? ¿cómo tienes tus hombros? ¿y tu respiración?... Si al observarte te has dado cuenta de que esa postura te provoca algún malestar o dolor, piensa a lo largo de todo el día lo que eso te causará.
Muchas veces en las sesiones de Trabajo Corporal Consciente, surge el tema de las "conductas mecánicas o automatizadas", aquellos hábitos que adquirimos en nuestra infancia y que se van consolidando a lo largo de los años hasta el punto de no tener ningún registro consciente de ellos. Esto determina una manera de estar que muchas veces nos perjudica o incluso nos enferma. 
Me resulta un tema apasionante ya que, al abrir la puerta a la consciencia corporal, comenzamos a percibir la forma en que realizamos esas actividades..., ¿cómo colocamos el cuerpo al cocinar?¿en qué postura dormimos?¿de qué manera salimos de la cama por la mañana?¿cómo es el apoyo de nuestros pies al andar? etc...
A veces al trabajar ese "darse cuenta" nos percatamos de que la modalidad que empleamos al ejecutar esas actividades cotidianas retroalimenta y empeora los síntomas (sean cuales sean estos). 
A veces reaccionamos a los estímulos externos con conductas esteriotipadas que han quedado fijadas desde hace mucho tiempo atrás y que a día de hoy no tienen sentido, solo nos perjudican en la relación con los demás.

De allí la pregunta: ¿conductas mecánicas vs consciencia corporal?

En mi experiencia personal y en mi trabajo con personas de diferentes edades y grupos diversos, propongo siempre que ese descubrimiento o darse cuenta que ocurre en las sesiones se traslade al ámbito de lo cotidiano. En cualquier acción o actividad mecánica o automática que realizamos a lo largo del día como cepillarse los dientes, comer, caminar, sentarse, hablar, respirar, etc. nos permitimos un momento de atención plena al momento presente. De alguna manera desmenuzamos esos movimientos al observar, sentir y percibir qué estamos haciendo realmente y cómo lo estamos haciendo.
En la práctica o entrenamiento en este tipo de atención y al darnos cuenta de nuestros propios hábitos y conductas, incorporamos una forma más adecuada de realizar esas tareas. Una manera que respeta la lógica del cuerpo y no abusa de algunas partes dejando de lado a otras (como decía Thérese Berterath creadora de la Antigimnasia). 
O como decíamos respecto al wu wei: la forma natural de hacer las cosas, sin forzarlas ni desvirtuar su armonía y principio.
Este modo más orgánico lo vamos integrando a nuestro estilo de ser y de actuar, por lo que se transforma en un hábito totalmente renovado y fresco.  
Todo esto nos ayuda también a frenar los llamados "pensamientos automáticos" y a no reaccionar de forma impulsiva frente a cualquier situación complicada.
Las actividades diarias realizadas de manera consciente, dejan de ser mecánicas para transformarse en hábitos más saludables porque ya no nos hacen daño ni nos perjudican. Respetan la naturaleza y la inteligencia corporal y nos permiten utilizar nuestros recursos corporales de una manera óptima.





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