CENTRARSE

Me han consultado acerca de la Posturas del Chi-kung y cómo lograr "concentrarse" en ellas sin que nuestra mente divague y los pensamientos cotidianos invadan ese momento.
Muchas veces, en el momento de realizar un trabajo corporal, cualquiera sea, nuestro cuerpo realiza la acción y nuestra mente está "literalmente" en otro lado. Ésto impide que sea completo y óptimo, y hasta puede perjudicarlo.
Sin embargo, cuando nos esforzamos en "no pensar", nuestra mente se vuelve mas activa que nunca y los pensamientos se agolpan unos sobre otros... Son los llamados pensamientos automáticos.
Es por este motivo que yo recomiendo - más que "concentrarse" - el "centrarse en el aquí y el ahora" y fundamentalmente percibir nuestro "propio centro" desde donde surge el movimiento mas limpio y el gesto mas sincero... 
Uno de los caminos que nos ayuda a conectar con ese centro es, justamente, el trabajo de las Posturas del Chi-kung (ver enlace ya que no especificaré dichas posturas en esta entrada).

Doy aquí algunas claves que pueden facilitarte esa conexión:

1- Los pies arraigados pero sin crispar. La imagen de raíces que penetran en la tierra, es muy útil..., estamos conectados con su energía y esa sensación de arraigo se incorpora de manera natural para el resto de la secuencia.
2- El Centro Coronario proyectado hacia el cielo, nos conecta con la energía universal.

3- La respiración: en un principio solo percibir la entrada y salida del aire sin forzar ni modificar nada. Posteriormente llevar la atención al bajo vientre colocando ambas manos por debajo del ombligo: el tan-tien  para los chinos o el hara para los japoneses, que es nuestro centro de energía, desde donde surge todo movimiento. Realizamos una respiración abdominal o diafragmática.
"Toda expansión de vuestro cuerpo tiene su origen en vuestro centro y regresa a él". (Al Huang)
4- En todas las posturas además de la respiración abdominal, se puede probar un patrón respiratorio circular: imaginamos que el aire "sube" a lo largo de nuestra columna vertebral hasta la coronilla y "baja" por el frente del cuerpo hasta llegar nuevamente al tan-tien. Se repite varias veces.  
Éste patrón circular nos ayuda a alinear la columna y nos permite - sobretodo - encontrar un ritmo respiratorio y un estado de conexión con nuestra propia energía.
5- Darse un tiempo para detenerse, plantarse en cada postura. Dejarse estar y permitirse sentir...
6- Si aparecen pensamientos que, aparentemente, nada tienen que ver con éste momento, imaginarlos como nubes densas que se van disipando poco a poco, hasta desaparecer. Si ésto no resulta, llevar la atención nuevamente al ritmo respiratorio.
7- Atender a cómo nos encontramos antes del trabajo y si hay diferencia o no, después de realizarlo.




Así como la práctica de estas posturas nos ayuda a percibir nuestro propio centro de energía, al mismo tiempo nos permite salir del pensamiento automático, conectar con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea...










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